NUEVO ORDEN MUNDIAL y CONSTITUCIÓN MUNDIAL

NUEVO ORDEN MUNDIAL y CONSTITUCIÓN MUNDIAL

Leopoldo Cook, 02/07/2020

El término “Nuevo Orden Mundial” fue originalmente de los pueblos. Desde 1958 los pioneros de la Constitución para la Federación de la Tierra redactaron su texto, que en su preámbulo decía que “Al darnos cuenta de que la humanidad de hoy ha llegado a un punto de inflexión en la historia y que estamos en el umbral de un nuevo orden mundial que promete marcar el comienzo de una era de paz, prosperidad, justicia y armonía…”. Este texto fue finalmente aprobado en 1977 en su forma final.

Dwight Eisenhower, en su despedida del gobierno de EE.UU. en 1961, mencionó al “Complejo Industrial Militar” como un peligro, en referencia a grupos multinacionales interesados en mantener la guerra como negocio. Ya desde 1913 la banca privada norteamericana se había apropiado de las finanzas al establecerse la Reserva Federal.

 

Pero Bush padre fue el primero en referirse al concepto 'Nuevo Orden Mundial' en su versión imperialista. Eso fue en su discurso del 11 de septiembre  de 1992 (¿coincidencia?) al concluir la Guerra del Golfo. En el discurso defendía la presencia de Estados Unidos en el mundo y la difusión de sus principios y valores “para preservar la paz y la estabilidad internacional”. Para ello, sería necesario contar con el conjunto de naciones democráticas –como así defendía– en un refuerzo del vínculo transatlántico que tuviera como instrumento organizaciones como las Naciones Unidas.

Entre otras cosas, dijo:  “Lo que está en juego es más que un pequeño país, es una gran idea, un Nuevo Orden Mundial, en el que diversas naciones estén reunidas en una causa común para alcanzar aspiraciones universales de la humanidad. Paz y seguridad. Libertad y el orden de la ley. Fuera de estos conflictos temporales, nuestro quinto objetivo, el Nuevo Orden Mundial puede surgir. Ahora podemos ver un nuevo mundo a la vista.  Un mundo en el cual hay un gran prospecto para un Nuevo Orden Mundial.”

Bush hijo, el 12 de septiembre de 2001, tras el ataque a las Torres Gemelas, dijo: “Tenemos ante nosotros la mayor oportunidad de forjar para nosotros y para las futuras generaciones un Nuevo Orden Mundial. Un mundo que sea gobernado por la ley, no por la ley de la jungla, que gobierne la conducta de las naciones. Cuando lo consigamos, y lo vamos a conseguir, tenemos una oportunidad para este Nuevo Orden Mundial, un orden en el cual una confiable organización de las Naciones Unidas pueda desenvolver su rol para mantener la paz y cumplir la promesa y la visión de los fundadores de la ONU.”

Muchos investigadores están de acuerdo que la tendencia es hacia la complejización y la globalización de la sociedad en nuestro planeta.

La modernidad, inaugurada con la Ilustración y el Renacimiento hace cuatro siglos, dio origen a la “civilización occidental” que se extendió a todo el planeta, y generó al capitalismo, así como al comunismo soviético. Los “estados-nación” asumieron para sí la soberanía que había pasado de los reyes al pueblo gracias a la Revolución Francesa.

Hay consenso también en expresar que esta sociedad planetaria está atravesando una profunda crisis de valores, cultural, de percepción. Sufrimos una serie de problemas de gran magnitud que no pueden ser abordados por países en forma individual, ni siquiera los más poderosos. Crisis climática, crisis económica. Crisis social. Crisis cultural. Crisis de democracias. Todas en una. La situación es insostenible.

La soberanía nacional es odiada por las transnacionales (el Complejo Militar Industrial Narco Financiero y Terrorista, como suelo llamarlo), es uno de sus impedimentos para implantar su Nuevo Orden Mundial. Pero es también un impedimento para dar una solución planetaria a los grandes problemas.

Albert Einstein lo dijo: “La raza humana dejará de existir a menos que se establezca un gobierno mundial capaz de hacer cumplir la ley mundial por medios pacíficos. Solo de esta manera se puede evitar la guerra, y la paz y la abundancia que todos deseamos para la humanidad pueden hacerse posibles. De hecho, la elección es entre un mundo o ninguno”.

 

La ONU es la expresión de gobernanza de ese Nuevo Orden Mundial que visualizan las élites mundiales. Está diseñada para preservar el estatus quo. Allí la Asamblea General no decide, lo hace el Consejo de Seguridad. No hay gobierno mundial.

 

Ahora buscan la caotización del mundo, eliminar los estados nacionales, para tener acceso directo a los recursos naturales de los pueblos, mientras mantienen a éstos en guerras civiles interminables. Hasta su ONU les molesta.

 

Hoy enfrentamos grandes contradicciones, que son las fuerzas que, tras generar una profunda crisis, permitirán el amanecer:

1.    La pugna entre las transnacionales (CoMINFT: Complejo Militar Industrial Narco Financiero y Terrorista) y las naciones-estado.

2.    También entre la unipolaridad (Imperialismo) y la multipolaridad.

3.    Por supuesto, la tradicional contradicción entre capital y trabajo, a nivel mundial.

4.    A esto se suma el Cambio Climático (“Progreso” vs. Madre Tierra).

5.    La Liberación femenina. El desempleo y la Pobreza. (Dominación vs. Equidad).

6.    Pero la más compleja, el cisma cultural entre quienes ya tienen la nueva visión de mundo y lo que están marginados de ella.

 

El gran enemigo son las fuerzas retrógradas: el Imperio (CoMINFT).

 

Cuatro actores estamos presentes: 1) El CoMINFT, 2) las naciones-estado, 3) los pueblos, y, 4) muchas veces olvidados: los camaradas Universo y Madre Tierra. Los Pueblos, la madre Tierra y el Padre Universo triunfaremos, en alianza. Las naciones-estado, en la transición, son también aliados contra el imperio.

 

La tendencia es a la globalización. Si será dirigida por el fascismo o por los pueblos dependerá de cómo avancemos en conciencia en la visualización del nuevo orden. Los pueblos, en alianza con los camaradas Universo y Madre Tierra, y en alianza coyuntural con las naciones-estado, debemos derrotar al poder imperial.

 

Unamos las tres caras de la Revolución: la personal (desde abajo, la ética, al espiritualidad), la social – nacional, y la mundial, todas indispensables, como las tres patas de un taburete.

 

Debemos avanzar sin temor hacia el gobierno mundial.

Leopoldo Cook
2 July, 2020
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CAMBIO CIVILIZATORIO, CONSTITUYENTE MUNDIAL