Esequibo: nueva capital mundial

Esequibo: nueva capital mundial

 

Leopoldo Alberto Cook y Antonorsi

Vicepresidente para América Latina y el Caribe

Asociación por la Constitución y el Parlamento Mundial

leopoldocook@gmail.com, +584242738997

(Las opiniones expresadas en este ensayo son mías y no reflejan necesariamente las de las organizaciones en las que presto servicios).

 

12/08/2022

 

En Venezuela dicen: el Sol nace en el Esequibo. Consideran a este territorio oriental parte integral de la República Bolivariana de Venezuela. En los mapas mundiales figura como “zona en reclamación”, vestigio de la época colonial en que las potencias se repartían los territorios, esclavizando a sus pobladores.

 

La hermana Guyana, ex colonia inglesa, aspira igualmente a este territorio. Inglaterra y EE.UU. conspiraron para intentar dividirnos. De allí que está sujeto al Acuerdo de Ginebra que establece la negociación como mecanismo de solución. Ambas naciones deberán buscar los mecanismos para llegar a un acuerdo.

 

El Esequibo es rico en recursos, no explotados. Resulta en la práctica como una gran zona protectora. Ninguno de los dos países debe tener presencia en él hasta que se llegue a un acuerdo.

 

La siguiente propuesta busca activar el Esequibo como territorio de libertad, para propiciar el cambio civilizatorio al que tanto aspiramos.

 

Propongo convertir al Esequibo en un Territorio Federal Mundial, co administrado por Guyana y Venezuela, para servir de sede a las organizaciones multilaterales regionales y mundiales: el CELAC, la OEA (si continúa existiendo, pero deslastrada del tutelaje norteamericano) y el Gobierno Mundial Democrático, bajo el Parlamento Mundial que establece la Constitución Mundial para la Federación de la Tierra.

 

La propuesta no se trata de ceder soberanía de ninguna de las dos naciones, sino de establecer un acuerdo mancomunado sobre parte del territorio.

 

En mi opinión, la civilización mundial actual presenta al menos 8 graves problemas. Los enumero para referenciarlos, no necesariamente para destacar orden de importancia:

 

1.    Antagonismo entre el agresivo capital transnacional (Complejo Militar Industrial Narco Financiero y Terrorista) y los estados nacionales. El primero quiere un gobierno mundial (y de hecho lo ejerce en la sombra), bajo su control, sin la traba que representan los estados nación. Pero también hay contradicciones internas entre varios sectores del capital: la visión mundial y la visión nacional.

 

2.    También entre la unipolaridad (Imperialismo) y la multipolaridad, o, más amplia, la megapolaridad.

 

3.    Por supuesto, la tradicional contradicción entre capital y trabajo, a nivel mundial.

 

4.    Catastrófico impacto de las prácticas de producción del capital sobre el medio ambiente. El llamado Cambio Climático. “Progreso” vs. Madre Tierra y Padre Universo.

 

5.    La total incapacidad del sistema del capital para enfrentar el reto de la liberación femenina. El “machismo” está en la esencia del sistema. Dominación vs. Equidad.

 

6.    El cáncer del desempleo crónico. No puede haber ocupación plena en un sistema que nos prepara para la dependencia.

 

7.    El otro cáncer: la pobreza.

 

8.    Pero tal vez la más relevante es el abismo entre la profundidad promedio que ofrece la cultura y el número de quienes realmente pueden alcanzarla.

 

Males de la modernidad, a los que el nuevo patrón civilizatorio debe dar respuesta.

 

La Constitución Mundial para la Federación de la Tierra propone un gobierno mundial federado, democrático, bajo la dirección de un Parlamento Tricameral: la Cámara de las Naciones (uno a tres delegados por nación, según su población), la Cámara de los Consejeros (200 delegados nominados por los institutos educativos y científicos del planeta), y la Cámara de las Gentes (1.000 delegados, uno por cada uno de los 1.000 distritos electorales en que se divide equitativamente el planeta).

 

A diferencia de la ONU, el Parlamento es la autoridad máxima, bajo la cual funcionan los demás poderes. Se descarta el odioso Consejo de Seguridad y la figura del veto.

 

La Constitución Mundial exige la eliminación de las armas de destrucción masiva y redirigir el presupuesto de guerra hacia la restauración del ambiente y la democratización de la educación, la tecnología y las finanzas. Promueve un nuevo sistema financiero y económico mundial, basado en la autonomía de los pueblos y las regiones y la democracia, por lo que se acabará con el desempleo y la pobreza.

 

El Esequibo, como una de las sedes de la capital mundial, contribuye a la transición hacia el nuevo esquema civilizatorio:

 

ü  Territorio Federal Mundial, en el que las nuevas organizaciones regionales y mundiales pueden tener su sede sin depender de ningún estado nación. No se requerirá visa de ningún país. No habrá restricciones, como impone actualmente los EE.UU. a los delegados de naciones ante la ONU que no son de su agrado. Sería un territorio co administrado por las dos naciones y la participación progresiva del próximo gobierno mundial democrático, sin ceder soberanía.

 

ü  Permite a los estados-nación soberanos disponer de un fuerte mecanismo de multipolaridad o megapolaridad (hasta llegar a lo óptimo: Unidad en la Diversidad) que respete su autonomía soberana, a la par que fomenta la construcción de un gobierno mundial que asuma la solución de los graves problemas mundiales que sobrepasan su capacidad. Se constituye, pues, al mismo tiempo, en trinchera de las naciones contra el poder imperial, y fomento del futuro gobierno mundial. Fomenta, por tanto, la multipolaridad, y más allá, la megapolaridad, para llegar a la Unidad en la Diversidad: igualdad para todas las naciones. La multipolaridad no sería una solución definitiva (pues sólo nos da una paz tensa), pero sí una defensa transitoria ante la unipolaridad, como una transición hacia la Unidad en la Diversidad.

 

ü  Activa el territorio del Esequivo en una dirección sinérgica. Tanto Venezuela como Guyana pondrán al servicio de la comunidad mundial un territorio libre y federado. Esto generará a su vez recursos a ambas naciones, pues allí se construiría una gran ciudad universal, con sedes para organizaciones, centros de convenciones, hoteles y todos los servicios relacionados. Es una situación mucho más allá de ganar – ganar, pues no sólo ambas naciones ganan, sino que potencian miles de iniciativas no existentes actualmente.

 

ü  Mantiene la soberanía de ambas naciones, pues el acuerdo sólo abarcará la disposición del territorio para la gobernabilidad mundial, mas no la explotación de los recursos ni el poblamiento por alguna de las dos naciones.

 

ü  Al ser sede del gobierno mundial provisional, apunta a resolver todas las contradicciones señaladas arriba.

 

Venezuela y Guyana podrían dar un paso diseñando un mecanismo soberano que ponga parte del Esequibo al servicio de la democracia internacional, como sede de una nueva organización multilateral que comience a crecer para sustituir a la triste ONU. Ambas naciones están llamadas a pensar en sus pueblos, en las conveniencias de sus pueblos, más allá de intereses foráneos.

Leopoldo Cook
13 agosto, 2022
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Unidad en la Diversidad Mundial a nivel socioeconómico