Fallida civilización Occidental
No, no, no es la multipolaridad!!!!

(Las ideas expresadas en este escrito no comprometen necesariamente a las organizaciones en las que milito. En ellas, defendemos la “Unidad en la Diversidad”).

 

“Globalización” y “Occidente” se han convertido prácticamente en sinónimos. La globalización del planeta ha sido dominada por la cultura occidental, imponiendo un sistema imperialista.

 

Sabemos que la globalización se debió a un complejo proceso que pasa por palabras clave como comercio mundial (iniciativa que no nació de occidente), invención de la imprenta móvil (Siglo XV), el mercantilismo colonialista (Siglo XV en adelante), el “Renacimiento” (siglos XV y XVI), la “Reforma” (siglo XVI), la (primera) “Revolución Industrial” (Siglo XVIII), la “Iluminación” (siglos XVIII, XIX) …

 

La llamada “Modernidad”, producto de la “Iluminación” y el “Renacimiento”, dio a Occidente una energía inusitada. Religión, Ciencia y Arte se independizaron, se disociaron. El progreso, amoral, se aceleró. Y cubrió al planeta.

 

El capitalismo (y el neoliberalismo) es hijo de la Modernidad. Como lo es el comunismo stalinista del siglo XX. Materialismo, fragmentación, exceso de racionalidad, antropocentrismo, convirtieron al mundo en lo que vemos: una pesadilla no sustentable.

 

La “Modernidad” nos ha traído desarrollo tecnológico y muchos aspectos positivos, es verdad, pero también guerras, desajuste climático, inequidad, zozobra… No es la vía.

 

Si bien la globalización ha tomado el ropaje de occidente, el mundo no es Occidente. Hay al menos nueve civilizaciones (las de Huntington e Israel), de cuyas disimilitudes se aprovechan las oligarquías para caotizar al mundo:

 

o  Civilización occidental. Países cristianos (católicos y protestantes): Europa occidental, América del Norte y Oceanía. El mundo anglosajón. Núcleo del imperialismo. Sus principios, valores y creencias, su visión de mundo, han permeado bastante hacia todo el planeta.

 

o  Civilización ortodoxa. Europa Oriental y Rusia (cristiandad oriental).

 

o  Civilización latinoamericana (no somos Occidente, ese es un cambio de paradigma que tenemos que asumir).

 

o  Civilización islámica. Oriente Medio, el Magreb (Norte de África), Somalia, Bosnia y Herzegovina, Albania, Asia Central, Bangladés, Malasia, Brunéi e Indonesia.

 

o  Civilización Budista - hinduista. India, Nepal, Bután, Mongolia, Birmania, Tailandia, Camboya, Laos y el Tíbet.

 

o  La civilización sínica. China, Vietnam, Singapur, Taiwán, las dos Coreas.

 

o  La civilización japonesa, eventual aliado de occidente.

 

o  La civilización africana (África Subsahariana)

 

o  Israel sionista, aliado de occidente.

 

El Imperialismo es unipolar por naturaleza. No tiene nación, pero EE.UU. lo representa hoy en día.

 

Con el reparto del mundo en el siglo XX, surgió la bipolaridad. EE.UU., a partir de allí, ha impulsado su política de caotizar al mundo, logrando cierto éxito en el dominio mundial. Pero Rusia y China han retado ese dominio. Hay una tendencia a la tripolaridad. El actual conflicto mundial tiene su raíz en esa lucha.

 

Se nos habla de multipolaridad, como medio para garantizar cierto equilibrio. Pero la multipolaridad, paz tensa de reparto de mercado, no puede ser jamás nuestra meta. La multipolaridad es otra hija del modernismo. La ONU es expresión de esa multilateralidad fallida. La paz no se logra con la tensión de múltiples fuerzas antagónicas halando en diferentes direcciones. Es inestable. Es inequitativa.

 

No, no, no, no es multipolaridad.

 

Otros hablan más bien de megapolaridad, para corregir las deficiencias de la multipolaridad. Pero no me convence. ¿Acaso más cantidad del mal remedio cura la enfermedad? ¿Acaso la paz tensa de un puñado de fuerzas antagónicas es mejor que la paz tensa de dos o tres? Podría ser incluso más inestable.

 

De lo que se trata es de la “Unidad en la Diversidad” (lo que sería una omnipolaridad). Necesitamos amalgamar al mundo con un cambio de paradigma, no a través de las fuerzas en pugna, sino de la colaboración. Superar el concepto de estado-nación, trascender la fragmentación, propiciar un gobierno parlamentario mundial fuerte, pero de iguales, sin veto, que proscriba las armas de destrucción masiva y promueva la resolución de conflictos por vía del diálogo, que garantice la equidad, que resarza el mal hecho a la Naturaleza.

 

La Constitución Mundial para la Federación de la Tierra es un excelente instrumento para lograr eso. Un gobierno mundial, bajo un Parlamento Tricameral, con poder de decisión, federado, democrático, desarmado. La salida hacia una sociedad más allá de la modernidad.

Leopoldo Cook
7 septiembre, 2022
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