SER Y ESTAR
No hay “yo” ni “mí”, todo es impermanente, vacuo, surge y desaparece. La física cuántica lo comprueba.
Pero en las grandes cantidades hay una apariencia de continuidad, algo aparentemente “queda” siempre, “está” allí.
Esa “materia” evoluciona, se hace cada vez más compleja y consciente, de modo que La Consciencia encuentra una forma a través de la cual alienarse. Aparecen “yoes” que perciben el mundo ahí afuera, sólo una pequeña parte de él, y además distorsionado y contaminado por sus experiencias pasadas. En ellos, la consciencia “está”, sólo “está”, no “es”.
Los “yoes” se asoman por encima de su propia naturaleza e intuyen el “Ser”, Uno.