TRANSICIÓN A LA LUZ EN UNA NOCHE OSCURA

 

- Este mensaje no es para cobardes ni temerosos.

 

Así comenzó Aurelio el podcast, con el cuál pensaba hacer un video a posteriori. Nadie se imaginaba que su mensaje reflejaría la realidad unas pocas semanas después. Y que se multiplicaría por millones en todo el planeta.

 

- La siguiente información será muy útil a todos para transitar, durante la noche oscura que vendrá, hacia una nueva civilización. – Así continuaba Aurelio. La cámara se centraba en una pared blanca sobre la que se proyectaba su sombra. “Este es un mensaje colectivo, decía al grupo de Espiritualidad y Revolución, esa sombra nos representará a todos.

 

En las semanas anteriores, en EyR, como denominaban al colectivo de “Espiritualidad y Revolución”, se venía discutiendo el tema.

 

“Estamos viviendo una era de transición”, decían. Estamos presenciando acontecimientos históricos, somos una generación privilegiada, nos ha tocado vivir un cambio civilizatorio. Privilegiados somos, si tenemos el coraje y la voluntad para asumir el liderazgo. Pero retador también, porque nos tocará vivir situaciones muy difíciles, como jamás habíamos imaginado. Será muy duro para quienes no tengan claridad de lo que está sucediendo.

 

Hoy, tres años después de aquél primer video, Aurelio reflexionaba sobre la transcripción impresa del mensaje.

 

Sin electricidad desde hacía varias semanas, la sociedad se había ido ralentizando. Los medios de transporte colapsaron a los pocos días de la falla general de las fuentes de energía; muchas habían sido destruidas por acciones de guerra. Los sistemas de telecomunicaciones estaban fuertemente restringidos a los líderes, y se preveía que ya pronto dejarían de operar.

 

La situación había sido muy confusa, nadie sabía a ciencia cierta lo que ocurrió. Tras el conflicto en Ucrania, o más probablemente, con el escalamiento de la masacre de Gaza por el Sionismo, y la incorporación abierta de Irán en la guerra, se había abierto la caja de Pandora. Se rumoraba que la falla generalizada de los sistemas eléctricos se debía a las acciones de guerra, tal vez hasta con armas nucleares.

 

- No nos tomó por sorpresa – decía Aurelio al pequeño grupo con se estaba reunido. – Hemos logrado responde correctamente a la crisis. Hemos regresado al pasado, a la sociedad de hace 200 años, pero estamos adaptándonos a ello, gracias a nuestra previsión. Después de todo no es tan duro, la Naturaleza nos protege.

 

Efectivamente, en el video, ampliamente difundido por las redes, se advertía de la posibilidad del desplome civilizatorio. “Regresaremos a los tiempos de Simón Bolívar, Francisco de Miranda, San Martín, y Ohiggins; de George Washington y Abraham Lincoln; de Samori Touré, Yaa Asantewaa, Menelik II, Abdelkader El Djezairi, y Béhanzin; de Lin Zexu, Hong Xiuquan, Zeng Guofan y Liang Qichao; de Giuseppe Mazzini, Ernst Moritz, Adam Mickiewicz y Lajos Kossuth; de Raja Ram Mohan Roy y Swami Vivekananda, grandes líderes nacionalistas y revolucionarios de hace dos siglos.”

 

No sólo se advertía con el video que regresaríamos a las etapas previas a la Revolución Industrial, sin electricidad, sin la máquina de vapor, sin telégrafo, sin tecnologías avanzadas, sino que se argumentaba que sería una época de lucha revolucionaria.

 

Aurelio recordó el poema de Andrés Mata:

 

“El alma es como el pájaro inseñero,

que roto el nido en el ruinoso alero,

en otro alero reconstruye el nido.

 

Tras cada nublado hay un lucero,

y por ruda tormenta sacudido

florece hasta morir el limonero.”

 

Lo cierto es que, desde las primeras fallas eléctricas, la sociedad se fue desmoronando. Las poblaciones entraron en pánico, se dieron grandes desórdenes sociales, saqueos, y la contrapartida de represión por parte de los gobiernos. Las reservas de hidrocarburos de las naciones, ya escasas, se fueron agotando.

 

“La sociedad es un elemento muy inestable, depende mucho de la tecnología, de la electricidad y de las telecomunicaciones”, pensó Aurelio.

 

Pero muchos estaban preparados.

 

Aurelio repasaba el corto documento por el que se los preparaba:

 

“Este mensaje no es para cobardes ni temerosos.”

 

“Pronto entraremos en la mayor crisis que haya experimentado la sociedad humana. Producto de la dirección equivocada, excesivamente antropocéntrica, materialista, fragmentadora, hemos creado un monstruo. Las incontrolables guerras, la crisis climática, los grandes problemas sociales, la extrema pobreza a que hemos sometido a un gran porcentaje de la población, son producto de ese errado camino. El carácter psicótico, malvado de las élites mundiales, es producto también de esa desviación.”

 

“Con esta información te invitamos a prepararte para atravesar la gran noche del cambio civilizatorio. Nos corresponde enderezar el curso, cercano a la Madre Naturaleza”.

 

“La sociedad globalizada se desplomará, y se llevará con ella al resto del mundo. El caos imperará. El sistema financiero occidental se hundirá. La tecnología dejará de funcionar por falta de energía. Las telecomunicaciones dejarán de trabajar, el transporte colapsará, los alimentos escasearán.”

 

Todo eso había ocurrido tal cual, meditaba Aurelio. En pocos días se había pasado al caos total. En muchos lugares del mundo reinaba la anarquía. Pero en bastantes otros se resistía, gracias a la preparación que habían asumido. Gracias al “Documento para la transición de la gran noche al renacer civilizatorio”, muchos grupos se habían organizado.

 

“Este mensaje no es para cobardes ni temerosos. Es para líderes de la nueva civilización, para los portadores de luz…” continuaba el texto que releía Aurelio.

 

Se les había instado a imprimir en papel el mensaje, estudiarlo, compartirlo en colectivo y guardarlo celosamente para el momento oportuno. Y prepararse para el momento en que llegara la “noche oscura”.

 

“Los líderes de la luz no podemos flaquear, he allí nuestro primero objetivo: permanecer fuertes, con entereza. Meditar diariamente, orar, no permitir que las circunstancias nos hagan flaquear. Seremos el sostén de la nueva civilización”.

 

“Recordemos, la Revolución es Una y tiene tres caras: la personal (la de la ética, de lo espiritual); la cara social, comunitaria y nacional; y la cara mundial. Las tres interrelacionadas dialécticamente, como las tres patas de un taburete. Si una falla, éste se cae. Se nos exige el crecimiento personal, la participación social, pero también la visión global.”

 

Esa era la primera tarea que se habían trazado y que durante semanas habían discutido en miles de comunidades a lo largo del planeta.

 

“Debemos ser los líderes de nuestro vecindario. Dar fuerzas a quienes se debiliten. Mantener la esperanza en el futuro. El cambio será traumático, pero relativamente rápido. Debemos ser fuerza para evitar el desborde, la violencia.”

 

En muchos sitios del planeta se había desarrollado esos focos de luz. No se podría decir cuántos, por la falta de sistemas de comunicación, pero teniendo en cuenta la organización previa en las semanas anteriores a la crisis, eran cientos de miles de grupos, tal vez millones, que funcionaban autónomamente, preparándose, como puntos de luz…

 

“En el momento de la crisis, la comunicación será difícil, así que debemos actuar en forma independiente en cada ciudad, en cada comunidad, siguiendo los lineamientos comunes que desarrollemos a raíz de este movimiento que hoy iniciamos.”

 

Aurelio re leía el documento. Así habían obrado:

 

ü  Liderazgos comunitarios, de esperanza, de luz. Mantener el foco en la estrategia, contener la violencia. Resistir a la represión con “no violencia activa”. Nuestra lucha es con amor, la luz dispersa a la oscuridad. Para poder desarrollar la masa crítica, se requería ser fuerza de conciencia, unos miles de líderes a nivel mundial que brillasen cual soles. Asumir liderazgos con honestidad, con sentido histórico, más allá de los liderazgos tradicionales.

 

ü  Los niños, ancianos, enfermos, enviarlos a los campos, en donde el agua y lo alimentos serían más accesible. Quedar en los centros urbanos sólo quienes estuviesen dispuestos a actuar con energía, sin doblegarse.

 

ü  Establecer postas para comunicar y mantener el abastecimiento, cada cinco a diez kilómetros, entre cada centro urbano y los campos circundantes. Igualmente entre los diversos centros urbanos, para coordinar.

 

ü  Organización en red. Pequeñas células con un líder, que a su vez participa en una célula de orden superior. Cada persona conoce sólo a los miembros de su célula y de la que, debajo, él dirige; más allá de su líder, cada quien desconoce la identidad de los demás. Cada quien establecerá su red (que memorizará, pero no escribirá) con al menos cinco personas a su nivel, y dos a nivel superior.

 

ü  Hacer directorios de líderes con sus direcciones, encriptados. Establecer sitios de encuentro, por parejas, pre acordados.

 

ü  Construir centros de alimentación comunitarios, tanto para el cuerpo como para el espíritu.

 

Llevaban varios días organizados de esa manera. No había sido fácil, muchos caían en el pánico, en la parálisis, ante las dificultades inmensas, ante la incertidumbre.

 

Aurelio recordó al grupo los principios básicos que se habían acordado:

 

1.     Optimismo ante el futuro, la historia apunta hacia una sociedad cada vez con mayor grado de conciencia, con mayor grado de complejidad, más equidad, más calidad de vida. Las civilizaciones caen, pero toman lo mejor de lo anterior, lo trascienden y se construye una nueva civilización.

 

2.     Organizarse localmente, con la visión planetaria: se construirá una nueva sociedad planetaria, federada, democrática. Tomar las instituciones locales, regionales y hasta nacionales, incluyendo las policías y ejércitos, las primeras para ponerlas al servicio del orden, los segundos para mantenerlos inactivos.

 

3.     Resistir a los intentos de las élites psicóticas murientes de retomar el control, utilizando la no violencia activa.

 

4.     En la medida que se vayan restableciendo los sistemas de energía, las comunicaciones, el transporte, tomar el control, coordinar localmente, luego regionalmente, hasta llegar a nivel mundial.

 

5.     Organizarse para activar el Parlamento Mundial, bajo la Constitución Mundial para la Federación del planeta Tierra.

 

6.     Establecer bibliotecas de libros y documentos en papel, papel y lápices.

 

7.     Establecer centros de acopio de lo que pueda ser necesario, alimentos no perecederos, agua, medicinas, leña, ropa, vehículos que no requieran combustible, bestias de carga

 

8.     Establecer un sistema de comunicaciones sencillo, encriptado.

 

La energía seguía sin restablecerse, por lo que los diversos grupos operaban en forma autónoma, pero con visión global. Aurelio sabía que sería cuestión de pocas semanas en que la tecnología comenzara a funcionar de nuevo.

 

En todo el planeta había una visión coherente en miles de grupos: se construirá un Parlamento Mundial, bajo la Constitución Mundial para la Federación de la Tierra. Y en cada nación, renacerá los pueblos con instituciones frescas.

 

 

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Cinco meses después de la “noche oscura”, Aurelio observaba un panorama completamente diferente. Las comunicaciones se restablecían. El control lo habían asumido grupos organizados del movimiento, que comenzaban a coordinarse.

 

Los miembros de las élites, o habían sido apresados, o estaban en la clandestinidad.

 

Los grupos populares se comenzaban a organizar en Distritos Electorales, mil en todo el planeta, para conformar la Cámara de las Gentes del Parlamento Mundial.

 

Las naciones comenzaban a reorganizarse. El pueblo había tomado las instituciones y había proclamado el ingreso a la Federación, declarando que deponían todo tipo de arma de destrucción masiva y aceptaban las decisiones del futuro Parlamento Mundial, integrado por sus representantes y los de la Cámara de las Gentes.

 

 

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Sólo se necesitó menos de un año para culminar la organización básica, con la primera sesión del Parlamento Mundial, que proclamó una nueva era civilizatoria bajo la Constitución Mundial para la Federación de la Tierra.

Leopoldo Cook
3 September, 2024
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