La Meditación y la Atención

LA MEDITACIÓN Y LA ATENCIÓN

 

Leopoldo Alberto Cook Antonorsi

 

Tenemos varios niveles de pensamiento.  Como un sistema de multiprocesamiento. Al mismo tiempo podemos tener una conversación, y en un nivel más abajo estar pensando en algo que nos tiene pendientes, y más abajo aún algún otro pensamiento, hasta llegar a niveles más profundos en los que se llevan a cabo procesos semi automáticos y automáticos.

 

Vamos por la calle conversando con un amigo, comiendo un dulce. Nuestro nivel más profundo maneja los procesos automáticos: el corazón, el metabolismo. El subconsciente está pendiente de nuestra respiración, de nuestros pasos, del comer el dulce, etc.

 

¿Qué tal si tuviésemos que estar atentos de todo esto? La atención requiere energía, que tiene que concentrarse en determinados procesos. No podemos prestar atención a todos. A unos se les presta más atención, otros se manejan más abajo, con menor atención, y así sucesivamente, los más profundos se hacen en automático, gracias a la sabiduría de nuestro organismo y a los hábitos.

 

Imagínate que vas caminando con tu amigo y tienes que prestar atención a todo:

 

“Como te decía, al salir de la reunión voy a comprar un poco de azúcar, que se me acabó… ¡¡¡Ay!!!

 

Me tropecé, por no estar pendiente de mis pasos, Cof, cof, cof

 

Me atraganté, por estar pendiente de hablar y caminar, no estaba pendiente del trozo de dulce que estoy tragando. Va por el esófago, debo estar pendiente para darle paso al estómago…

 

Ya va, déjame monitorear la respiración, se me olvidó respirar mientras tragaba.

 

Bueno, te decía…

 

Inspiro…. Expiro…., muy bien, sigo así…

 

OK, ya va para el estómago…

 

Muevo la pierna derecha para avanzar…

 

… Voy a comprar azúcar…

 

Sería imposible. Tendríamos que pararnos, tragar, para poder hablar. Pero nuestro organismo maneja muchos procesos en automático. Y otros, mediante hábito, como el caminar, los vamos haciendo prácticamente automáticos. Así podemos centrar nuestra atención en la conversación, por ejemplo.

 

Incluso a nivel de la conversación tenemos también varios niveles. Mientras conversamos, más abajo hay unos pensamientos, y más abajo aún otros.

 

Bien. La meditación no se trata de dejar de pensar, sino de no prestarle mayor atención a esos pensamientos, mantenernos en un nivel más alto de “Yo Soy”. No se trata de “pensar” “Yo Soy”, o repetirlo como un mantra. Simplemente de prestar atención al “Yo Soy”.

 

No soy un cuerpo, ni recuerdos, resentimientos, deseos, añoranzas, sensaciones, sentimientos, nada de eso. “Soy”. Presto atención al hecho de “Yo Soy”. Los otros niveles de pensamiento transcurren más abajo, no los juzgo, no los reprimo, sencillamente no les presto atención, los dejo en niveles de “automático”.

 

Nissargadatta dice que él se tragó al mundo. Con eso quiere decir que así como para nosotros, una vez que hemos tragado un alimento nos olvidamos de él, el cuerpo se encarga de su digestión automáticamente, así el hace con los pensamientos. Los trae a consciencia cuando quiere y necesita, pero siempre está en el estado de “Yo Soy”.

Leopoldo Cook
3 septiembre, 2019
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