Salario Mínimo, calidad de Vida y Vida Plena

Salario Mínimo, calidad de vida y vida plena

12 de Noviembre 2020

Leopoldo A Cook y Antonorsi

Quienes conocen la Constitución Mundial para la Federación de la Tierra saben que existe una política financiera y económica completa, que está reflejada en su texto y en varias leyes mundiales (números 22, 42 y otras).

En resumen, la ley de Promoción de equidad económica (número 22), establece un estándar mundial de sueldos y salarios. Se usa el Producto Interno Bruto Neto, descontando los elementos que destruyen valor. Es sabido que el Producto Interno Bruto, que se usa actualmente en el mundo, incluye todo el circulante en la economía, incluso aquéllos aspectos que no contribuyen al bienestar. Por ejemplo, dinero erogado en resolver problemas ambientales, recursos de salud para tratar enfermedades pulmonares ocasionadas por la contaminación, el sistema penitenciario, etc. El Producto Interno Bruto Neto sólo toma en cuenta los elementos que contribuyen al bienestar social.

La ley establece que cada año se divida ese valor de producción mundial entre el total de horas trabajadas en el planeta para obtener así el salario o ingreso promedio mundial.

Así mismo, determina cómo calcular el salario mínimo para “que cada trabajador a tiempo completo tenga una vida que satisfaga las necesidades básicas de vivienda, vestimenta, tiempo libre, e ingreso disponible adecuado”. Se estima también el salario máximo (lo deseable es que sea máximo 4 veces el mínimo; tal vez en los primeros años sea algo superior la relación). Todo ingreso superior al máximo permitido debe, según la Constitución Mundial, ser devuelto como impuesto, donado o re invertido. Se establece como medida de principio que a igual trabajo le debe corresponder igual sueldo. Se establece una escala de salarios justa, según el esfuerzo y las responsabilidades.

Hay una serie de bienes y servicios que serán provistos gratuitamente: educación, salud, y otros que se irán añadiendo progresivamente en la medida que la economía prospere. El salario mínimo, por tanto, será aquél que resulte de restarle, a los recursos monetarios mínimos para una vida digna, los bienes y servicios gratuitos o la parte subsidiada.

La moneda mundial estará atada a ese valor, por lo que no fluctuará, lo que eliminará la inflación.

Cada año se calculará la jornada de trabajo completo, que se disminuirá en función del índice de desempleo para llevar este a 0%. Es decir, si el desempleo es 10%, la jornada de trabajo se reducirá en esa proporción con el fin de propiciar el pleno empleo, es decir, de 40 horas a 36 horas semanales.

El objeto general es aumentar tanto los salarios como la calidad de vida, así como reducir la jornada y hacerla menos intensiva, gracias a la tecnología.

La Ley 42, por otra parte, establece la Renta Anual Garantizada Universal, elemento complementario.

Todo esto ya está contemplado en las leyes mundiales aprobadas por el Parlamento Mundial Provisional.

Lo que sigue a continuación es una propuesta adicional, hecha por mí, para precisar la calidad de vida de los diversos ciudadanos en cada una de las regiones del planeta.

Los ingresos familiares no están dados solamente en dinero. Cada región tiene características diferentes, pero en todas hay una serie de bienes y servicios que la gente recibe en forma de subsidios parciales o totales, por el Estado o por la comunidad misma, que no se miden en dinero, pero que afectan la calidad de vida.

La calidad de vida está determinada por todos aquéllos bienes y servicios necesarios para tener una vida digna, plena, el “buen vivir” o “vivir bien”. Cada sociedad puede determinar perfectamente cuáles son esos bienes y servicios. Lo que yo llamo una Despensa de Vida en Plenitud.

Hay muchos ejemplos. Por parte del Estado: subsidios a los alimentos, a la salud, al transporte, etc. Por parte de la comunidad: cuidado de niños, asistencia a personas enfermas o de tercera edad, tareas dirigidas, jornadas de limpieza, etc.

Mi propuesta es definir en forma cualitativa y cuantitativa qué entendemos por una vida digna, plena, lo que ha sido llamado “buen vivir”, “vivir bien”, o “vivir en plenitud”, disponiendo de todos los elementos que una familia necesita en materia de alimentación, vivienda y hábitat, vestimenta, transporte, salud y seguridad social, educación, cultura, esparcimiento, servicios públicos.

Por ejemplo, en materia de alimentación, qué tipo de alimentos requiere una persona según su edad, actividad laboral, clima, gustos, etc. Esto puede expresarse en calorías, complementado con una lista de alimentos, que se podrán expresar, región a región, distrito a distrito, según las costumbres y disponibilidad. La lista se mantiene más o menos invariable en el tiempo, y se ajusta a términos monetarios según la inflación, a una cartera de divisas internacional. En el caso de la Constitución Mundial existe la moneda mundial denominada “Hora”.

Igualmente en salud, por ejemplo. Se determinan los servicios de salud promedio que una persona debe recibir al año: consultas preventivas, exámenes de laboratorio, ejercicios. Año a año se pueden expresar monetariamente. Los elementos no promedios (enfermedades graves, catastróficas, degenerativas, etc.) quedarían fuera de este estudio y tendrán un tratamiento aparte, totalmente subsidiadas.

Cada elemento de la vida debe ser considerado. No sólo alimentación y la salud. La vivienda (amoblada debidamente), acceso amplio al transporte público, cultura y esparcimiento. Por poner un ejemplo: período vacacional anual en el que la familia pueda trasladarse a un lugar de esparcimiento, considerando los gastos de transporte, alimentación, alojamiento, etc.

Así se procede con cada bien o servicio. El resultado será una lista de bienes y servicios que podrá ser valuada monetariamente en cada región, en términos de la inflación local. No se trata de una simple Canasta Alimentaria Básica, sino una Despensa de Vida en Plenitud que incluye todo lo necesario, bienes y servicios. La tecnología actual permite hacer esto en forma eficaz y sencilla.

El resultado será que cada familia promedio en esa región requerirá una cantidad de dinero al año para tener una vida plena. Ese valor, por supuesto, será el neto después de restar el monto recibido por la familia en materia de subsidios, incluida la Renta Anual Garantizada Universal. Por ejemplo, en Venezuela hay subsidios importantes en materia de alimentación, salud, educación y vivienda, entre otros. Al dinero que recibe una familia habría que sumar una importante cantidad en subsidios para determinar el monto real de ingresos.

Es de esperarse que el salario mínimo arriba definido (estimado a nivel familiar), más los subsidios recibidos, sea igual o superior a la Despensa de Vida en Plenitud.

Tal vez no siempre se logre esto, por diversas causas: algunas regiones no habrán alcanzado el nivel de desarrollo suficiente, condiciones climáticas, etc., pero progresivamente se deberán ir igualando ambos términos. La economía, dirigida por la política, que a su vez es dirigida por la ecología, bajo la directriz primaria espiritual, evolucionará progresivamente hasta alcanzar esos niveles. A partir de allí, adquirirá un término aproximadamente estático, sustentable, no de crecimiento constante, como ocurre en el capitalismo actualmente dominante, con los consecuentes graves desbalances sociales y ambientales.

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Leopoldo Cook
12 noviembre, 2020
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