Primera Pregunta: ¿Acaso habrá una doctrina única que nos una? O ¿será acaso que es un hecho que ninguna ideología social, política, cultural, económica, religiosa, etc. podrá coordinar acciones globales por si sola?
Segunda Pregunta: ¿Cómo desde nuestra diversa tradición debemos dirigirnos? ¿acaso debemos renunciar a cada una de nuestras creencias para asumir una doctrina aséptica pero global?
Tercera Pregunta: ¿Es sólo que debemos mantener una actitud de buena voluntad en medio de la circunstancia apocalíptica? ¿Es posible una actitud asertiva de nuestra posición acorde a nuestra particular tradición pero abierta y en diálogo para orientarnos a una acción común?
Hemos llegado al límite, al borde del precipicio nuclear (alrededor de 16,000 armas nucleares en diez países) y ecológico de sobrevivencia de la especie. Según el Boletìn de la Atomic Sienntist de Chicago (USA) estamos al año 2020 a solo 100 segundos de la medianoche en el reloj del apocalipsis, a lo que se agrega una pandemia global, sin precedentes. Un momento tan particular, tan único en la historia de la humanidad que de lo que hagamos dependerá nuestra desaparición como especie o su continuidad en un salto insospechado. Desde luego la totalidad de seres que conforman la humanidad no tenemos un lenguaje común, una formación cultural, ideológica, religiosa común, un esquema conceptual igualitario sino diverso y hasta històricamente enfrentadas presentadas tradicionalmente como opuestas. ¿Acaso habrá una doctrina o ideología única que nos una? ¿Una doctrina única que sea el soporte de nuestras acciones? Llámese hermenéutica, ética discursiva, marxismo, pensamiento posmoderno, o trasnmoderno filosofía de la liberación, liberalismo rawlsiano, humanismo, transhumanismo, zubirianismo, filosofía andina, neo chamanismo de culturas originarias, etc. O ¿será acaso que es un hecho que ninguna ideología social, política, cultural, económica, religiosa, etc. podrá coordinar acciones globales por si sola?. Nuestra Constitución Mundial habla en su preámbulo del “principio de unidad en diversidad”. Cierto que el horizonte que se nos presenta es abierto, que tenemos que considerar permanentemente que nuestro auditorio es plural pero la pregunta va dirigida a ¿cómo desde nuestra diversa tradición debemos dirigirnos? ¿acaso debemos renunciar a cada una de nuestras creencias para asumir una doctrina aséptica pero global? ¿Es solo que debemos mantener una actitud de buena voluntad en medio de la circunstancia apocalíptica? ¿Es posible una actitud asertiva de nuestra posición acorde a nuestra particular tradición pero abierta y en diálogo para orientarnos a una acción común?. Lo relevante es sin duda coordinar acciones globales destinadas a preservar la continuidad de la especie pero responder a estas preguntas nos puede ayudar a aclarar el camino que tenemos que recorrer.